domingo, 1 de diciembre de 2013

Atándose los zapatos como una persona no vidente lo haría.

La clase da inicio con la previa propuesta de una actividad, la cual se llevara a cabo con un solo elemento que se nos pidió llevar con anterioridad: un palo de escoba. Al llegar a la sala para dar inicio a clases, la profesora nos da la instrucción de ir a su oficina a dejar nuestros bolsos para luego ir a un área verde de la "u" para dar inicio a la interactiva enseñanza del día.

La profesora procede a a entregarnos unos trozos de genero con una liga pegada con el fin de taparnos los ojos y experimentar en parejas y en carne propia lo que es ser ciego por unos instantes. Se inició junto a explicaciones de la profesora y partimos siendo ciegos de momento. La sensación de perder un sentido, y específicamente ese es de impotencia, no saber que se encuentra a tu alrededor, sentirse desorientado y literalmente en negro, simplemente es como estar solo contra el mundo sin poder ver, absolutamente nada.

Lo que mas quedó en este experimento social (si puede ser llamado así), es a respetar, aceptar y integrar e incluir a aquel que no se encuentre en nuestra misma condición  y que podamos ser agentes de cambio en esta injusta y negativa sociedad en la cual han nacido muchas personas en condiciones de discapacidad y que constantemente son rechazadas y alejadas.

Sensibilidad y empatía.

 
Por: Arturo Cerda y Cristóbal Velásquez.

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